Las personas que entran en mi despacho buscando un abogado, están preocupadas, angustiadas por un problema que les afecta y no saben cómo solucionar, ni siquiera saben si tiene alguna solución y esto les afecta en su vida personal y diaria.

Mi trabajo consiste en poner mi conocimiento del Derecho y mi destreza a su servicio e intentar defender sus intereses.

Esta defensa de sus intereses pasa, en primer lugar, por analizar el caso, y en segundo lugar, por ofrecer las diferentes estrategias que podemos realizar para solucionar su problema de la mejor manera. Es decir lo más rápido y económico posible.

Antes que nada tengo la obligación de intentar que no tengamos que llegar a juicio. Si puedo conseguir un acuerdo extrajudicial voy a intentarlo por todos los medios, ¿Por qué? No porque no me gusten los juicios, al contrario, es mi trabajo y me encanta. Pero soy consciente que resolver un problema( entre vecinos, entre cónyuges..) de forma amistosa va a resultar a la larga mucho más beneficioso para el cliente y también para la otra parte ya que para llegar a ese acuerdo ambas partes ganan, aunque tengan que ceder algo.

En este sentido mi trabajo como abogado de un pueblo pequeño, es más de abogado mediador que de abogado litigante. Además la mediación cada vez tomando mayor protagonismo en la Justicia. Así el 3 de abril de 2025 entra en vigor la Ley 1/2025 que establece la obligación de las partes de someterse a métodos alternativos de resolución de conflictos antes de imponer una demanda en el ámbito civil.